Nuestra primera parada es Mal de Amor, un palenque que, más allá de producir mezcal artesanal, es un símbolo de esperanza y tradición para su comunidad.
Luego, nos dirigimos a Real Matlatl, donde cada paso del proceso, desde la tierra hasta el fuego, transforma la herencia mezcalera en un arte. En ambos paradores conoceremos a fondo la elaboración del mezcal y tendremos la oportunidad de degustar esta ancestral bebida, descubriendo los sabores y aromas que la hacen única.