Abril es el Mes de los Monumentos y Sitios, una oportunidad perfecta para detenernos, mirar con atención y redescubrir el valor de nuestro patrimonio. Y si hablamos de monumentos que cuentan historias, que guardan memoria y despiertan emociones, Oaxaca es un museo vivo al aire libre. Aquí, cada piedra tiene algo que decir, cada fachada respira siglos de tradición y cada sitio nos invita a vivir experiencias transformadoras.

Caminar por Oaxaca es entrar en contacto directo con la historia de México. Desde la imponente zona arqueológica de Monte Albán, donde los zapotecas observaron los cielos y diseñaron una ciudad en la cima del mundo, hasta los templos coloniales del centro histórico, como Santo Domingo de Guzmán, cuya belleza barroca te quita el aliento. Este estado es una clase abierta de arte, cultura e identidad.

Pero los monumentos no son solo estructuras, son testigos del tiempo y de las personas que han pasado por ellos. En Oaxaca, la magia está en cómo estos espacios siguen vivos, en cómo los mercados tradicionales, los caminos empedrados y hasta los árboles centenarios nos conectan con un legado que no está en el pasado, sino muy presente en la vida cotidiana.

En Rolan Tours, los expertos en Oaxaca, creemos que traducir Oaxaca y sus tradiciones también implica acercarte a estos sitios con ojos nuevos. Que no solo los visites, sino que los entiendas, los sientas y los recuerdes como parte de un viaje que deja huella. Por eso, en cada recorrido buscamos que el viajero no sea un espectador, sino un protagonista de una historia que transforma.

Este abril, celebremos el patrimonio que nos une. Conozcamos nuestros monumentos no solo como turistas, sino como guardianes de un legado que nos habla del pasado, pero también del futuro. Porque en Oaxaca, cada sitio tiene alma. Y si sabes mirar, esa alma te transforma.